Ante los fracasos por no concretar sus oscuras intenciones al presidente no le ha quedado otra opción más que remedar sus errores con un llamado “Plan B” que bien podríamos denominarlo el “Plan Berrinche“. Atentar contra aquello que no le es cómodo ni afín a sus ambiciones se ha vuelto una constante por parte de López Obrador y ha quedado demostrado al atacar, por cualquier medio, al Instituto Nacional Electoral (INE).
Al no concretar su absurdo plan de desaparecer al órgano regulador de los procesos electorales en México, implementó una estrategia para desestabilizar a dicho organismo que si bien no lo desaparece, sí lo debilita. Analicemos algunos de los puntos incluidos en dicha propuesta.
Vulnera la autonomía política del INE, ya que lo priva de poder determinar si los contendientes, sujetos obligados, los partidos, cumplen con mecanismos democráticos para determinar sus dirigencias y candidaturas.
Desaparece el Secretario Ejecutivo y la Junta General Ejecutiva los cuales, son los responsables del ejercicio logístico de la institución, reduce áreas de vital importancia para el funcionamiento en los estados y distritos, esto generará conflicto en la expedición de credenciales, instalación de casillas en los procesos y capacitar a funcionarios de casilla.
Desaparece los fideicomisos que le permiten al INE cubrir pasivos laborales y con los mismos, incrementan su patrimonio como oficinas para tener más cobertura en todo el territorio nacional.
Atenta contra las normas que rigen a dicho organismo, ya que solamente le permitirá establecer reglas explicitas en determinados temas lo cual, es contradictorio, ya que la naturaleza del INE y por la importancia de su existencia tiene que estar facultado para emitir acuerdos y reglamentos que garanticen el trabajo de su competencia.
Elimina el programa de resultados preliminares con ello, ya no se permitirá conocer el panorama que se vive y las tendencias en los procesos electorales en cuanto a los posibles resultados de las contiendas.
Ha quedado muy claro que López Obrador se empeña en el control total del poder y de las instituciones del país, al no lograr su objetivo cuando pretende imponer sus berrinches, hace remiendos para justificar su incongruencia y dejar en claro que él y el poder que ostenta, se imponen por sobre todo aunque sea un error.
El riesgo de perder la democracia en México es inminente. Recordemos la frase del Dr. Santiago Ramón y Cajal “ Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia“. Demasiado claro para entender el tipo de políticos que prevalecen en MORENA, PVM y PT.