La salud mental es y ha sido un reto en la atención y en las políticas públicas; antes de la pandemia por Covid-19, una de cada cuatro personas sufría de depresión, ansiedad u otros trastornos e incluso son superiores al cáncer y de la enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, a partir de marzo del 2020 con la emergencia sanitaria internacional aumento de manera exponencial los trastornos de salud mental, señaló el psiquiatra y director del Hospital Civil Juan I. Menchaca, Benjamín Becerra Rodríguez.
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Aunado a este problema de salud, añadió el especialista durante el Congreso Internacional Avances en Medicina (CIAM) el estigma y discriminación hacia las personas con estas patologías y falta de especialistas.
“A medida que la pandemia entra en su cuarto año en el año 2023, es evidente que ha marcado nuestras vidas modificando conductas, percepciones y entornos. Diversos estudios alrededor del mundo han reconocido un impacto significativo en la incidencia de trastornos mentales, sobre todo, a partir del primer año de la pandemia”.
Enfatizó que el virus Sars-Cov2 no solo es respiratorio, sino sistémico, por lo que puede provocar trastornos de la salud mental y deterioro cognitivo. De acuerdo con datos mundiales se estima que el Covid-19 “había provocado un aumento del 27.6% de los casos de depresión y un aumento del 25.6% de los casos de ansiedad”, subrayó el especialista.
Este problema de salud advirtió es otras de las epidemias olvidadas: “Menos del 25% de los afectados es diagnosticado y tratado de manera oportuna, ya que es este es otro grave problema, para llegar al diagnóstico las personas pueden tardar hasta 10 años en recibir atención integral”.
El presupuesto gubernamental que México invierte para la atención de la salud mental mencionó Becerra Rodríguez resulta insuficiente.
“Los países destinan en promedio menos del 2% en salud (mental) y de ese dos por ciento lo que va a hospitales psiquiátricos (70%) para las enfermedades crónicas que los deterioran”.
Indicó que, en enfermedades como esquizofrenia, los trastornos orgánicos cerebrales o con algún grado de disfunción cerebral tipo epilepsia y en el trastorno bipolar, el paciente tiene que estar hospitalizado.
El director del Hospital Civil Juan I. Menchaca se pronunció porque “este 70% se invirtiera en centros de salud, en hospitales de segundo y tercer nivel, creo que ahí está la falla que nosotros tenemos, si le apostamos a la prevención”.
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La salud mental es el centro principal para tener una mejor calidad de vida, sostuvo el psiquiatra.