El fenómeno inmobiliario que se vive en Jalisco con viviendas tan pequeñas es una “realidad ineludible es como si tuviéramos los tapatíos un elefante en la habitación” ya que siguen sin atenderse problemas con los servicios básicos, indicó César Avilés González, director del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo (CEED).
Durante el foro llamado “Vivienda en un huevito: el fenómeno de los edificios verticales en Guadalajara” indicó que Guadalajara se llena de Torres que “son destinados a la inversión, no se trata de proyectos inmobiliarios que persigan favorecer la oferta de vivienda o mejorar la calidad de vida”.
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Dijo que lo caro de las viviendas en lugar de provocar su habitabilidad lo que hace es expulsar a las comunidades ya que el desarrollo inmobiliario sólo busca favorecer a algunos cuantos desarrolladores que buscan apoderarse de este negocio ya que no se atienden problemas básicos como el suministro de agua potable, rebaje, recolección de basura.
Dijo que antes de construirse toda esa masa de edificios de departamentos es necesario primero solucionar los problemas de baches, alcantarillado y generar las mejores condiciones para crecer como ciudad.
“Lo dramático es que las familias tapatías de la clase trabajadora deben endeudarse de por vida para poder adquirir un huevito de 30 metros cuadrados o de plano tiene que optar por irse fuera de la ciudad”, para comprar algo barato pero a la larga se paga en combustible, transporte y tiempos de traslado.
Al respecto Gabriel Torres, director de Canal 44 de la Universidad de Guadalajara mencionó que según los datos del INEGI muestran que el 28% de los mexicanos viven en casas de 55 metros cuadrados y en Jalisco es del 21%, es decir alrededor de 300 mil familias en esas condiciones.
Mencionó que el problema más importante de la vivienda tiene que ver con la corrupción lo “que evidencia su deplorable construcción y la fallida condición socio rebaja de estas pequeñas viviendas”.
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Indicó que esas estadísticas muestran que el 45% de las casas tiene filtración de agua, el 41% con grietas y cuates duras, el 26% con deformaciones en marcos y 15% levantamientos y hundimientos en el piso, lo que muestra las deficiencias de las construcciones el el INEGI sostiene que el 45% de los mexicanos están poco satisfechos con el acceso a los centros de recreación y todo eso ha generado viviendas en las que nadie quiere vivir, y entre el 2005 y el 2018 se elevó en 107% las viviendas de interés social abandonadas, en Jalisco son alrededor de 70 mil casas abandonadas.
