Nadie sabe dónde está Alberto Bayardo ‘El Gori’, señaló Fernando Guzmán Pérez-Peláez – El Occidental

A 30 años del asesinato del cardenal, Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido el 24 de mayo de 1993, en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara, nadie sabe dónde está Alberto Bayardo Robles, El Gori, uno de los primeros detenidos por el homicidio del purpurado.

El entonces secretario general de Gobierno de Jalisco, Fernando Guzmán Pérez-Peláez, recordó que “El Gori” fue el primero detenido sobre el cual se basó la teoría oficial de que los Arellano habían matado al cardenal por confusión.

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Fue enviado al Penal de Puente Grande, posteriormente al penal de máxima seguridad en Almoloya de Juárez, en el Estado de México.

Un Juez en Jalisco pidió que “El Gori” que declarara formalmente en el procedimiento, pero el director del penal le contestó que no estaba, por lo que el Juez abrió un expediente por desaparición de reo.

El director de Almoloya en aquel tiempo informó al juez que entregó a “El Gori” a la Procuraduría General de la República, que a su vez lo entregó a los Estados Unidos para que colaborara con una investigación que estaban haciendo en contra de la banda de los Arellanos Félix y las pandillas de San Diego, esto sin que nadie se diera cuenta.

“Sin la autorización del juez, violando el procedimiento penal mexicano, violando los tratados internacionales, porque los tratados internacionales dicen que primeramente tendría que haberse desahogado su procedimiento aquí y ya después ser facilitado a los Estados Unidos o a otro país que lo requiriera”, señaló Fernando Guzmán.

Años después, durante la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León, como presidente de México y del procurador Jorge Madrazo Cuéllar, “El Gori” fue localizado en una prisión de alta seguridad en Los Ángeles, Estados Unidos.

Personal de la Procuraduría General de la República acudió hasta la cárcel donde estaba “El Gori” para levantar su declaración, en la que dijo que había sido torturado para que se declarara culpable en una primera declaración, pero él no había disparado.

“Que efectivamente debía muchos crímenes, pero que ese crimen, no era suyo”, apuntó Pérez-Peláez.

Después de mucho tiempo y trámites ante las autoridades legislativas y judiciales de Estados Unidos, se logró su extradición a México, pero cuando se ordena que sea enviado a México, se llevaron la sorpresa de que no estaba en la cárcel.

“Se ordena que se ponga de regreso a México, pero cuando se ordena esto, ya después de varios meses de estar litigando, el asunto, pues resulta que cuando se ordena a la cárcel allá que se devuelve esta persona, resulta que ya no estaba, desapareció de aquí y desapareció de allá. Bueno esta es una historia verdaderamente de novela”, detalló el también ex diputado.

En resumen, recalcó Fernando Guzmán, a 30 años del crimen, “tenemos un monumento a la impunidad, en donde no hay responsables materiales ni intelectuales del crimen, con investigaciones muy manoseadas”.

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