Los Hechos | Las Comadres y las Verdades – El Occidental

Dice un dicho popular que “cuando se enojan las comadres salen a relucir las verdades” y algo extremadamente parecido, si no es que idéntico, está sucediendo durante el histórico enfrentamiento ideológico-político-económico que se registra actualmente en nuestro solar patrio.

La lucha es entre un gobierno de supuesta izquierda nacionalista que señala como objetivo la transformación del país y una agrupación de fuerzas de distintos sectores -entre ellos el empresarial, el judicial y el legislativo- que pretende que las cosas sigan por el mismo rumbo que llevan desde hace un buen tiempo.

La lucha se da de manera pública, a través de los medios de comunicación tradicionales que son desde luego la prensa escrita, el radio y la televisión, pero también en las llamadas redes sociales. Además de la acción directa, con manifestaciones en parques, calles y carreteras.

Y aunque los pleitos nunca son deseables, y menos los que se asemejan a los de comadres, esa pugna que estamos observando puede dar la oportunidad a que “salgan a relucir las verdades” y la gente buena, la que no busca intereses ilegítimos, sino la consolidación de una patria sana y justa, identifiquen plenamente a las personas y a los grupos que de alguna manera llevan o quieren llevar las riendas del país.

La oportunidad se presta, porque las partes en duelo no se contentan con enarbolar y defender sus postulados, sino se acusan unas a otras y se señalan las fallas y defectos de que adolecen cada una de ellas. Y es aquí donde hay que aguzar la vista, el oído y el cerebro, para “cachar” todo lo que se puede saber de nuestros protagonistas. Las comadres suelen ser muy “claridosas” y esto debe ser capitalizado por la comunidad.

Claro que no todo lo que se dice es cierto, porque son muchas las mentiras que se arrojan al tablado. Pero en un momento dado hasta eso sería provechoso, ya que podríamos saber quiénes son los mentirosos.

Ahora que, lo básico, lo fundamental, lo importante, es no solamente que se atienda lo que dice cada una de las partes, sino que se analice cuidadosamente todo lo expuesto. Es importante el cuidado que se tenga al revisar lo que se expone, para formarse un juicio acertado.

No dejarse llevar por todo lo que se dice, sino saber quiénes tienen la razón y quiénes no. Conocer el fondo de las cosas, el estado real en que nos encontramos y saber, descubrir, cuál es la verdad.

Podría ser el momento de sacudirse el gatopardismo ancestral y dar nueva vida al civismo auténtico.

Estamos en buen momento para que el pueblo deje de ser engañado y ya no lo manejen como a una mesnada de ignorantes que se hacen para donde los hagan.

A México no le caería mal contar con una verdadera conciencia nacional.

¿O usted qué opina, querido lector?

Enlace a la fuente