Los bomberos a diario arriesgan su vida, tanto que muchos de ellos han fallecido en servicio, en cumplimiento de su labor y por ello son recordados en cada Día de Muertos por sus compañeros de corporación. En esta ocasión dependencias como Protección Civil de Tlaquepaque y Guadalajara los recordaron con alegría y entre ofrendas.
En Guadalajara se tiene registro de doce elementos caídos. Dos de ellos murieron el 16 de abril de 1962, ellos son Guadalupe Hernández Burruel y J. Asunción Navarro Flores en un choque con volcadura en Ameca.
El 29 de marzo de 1963 falleció Antonio Velazco Rodríguez, tras realizando ejercicios físicos. Mientras que el 6 de marzo de 1969 dejó de existir el sargento segundo Juan Macías Márquez al participar en un rescate de un ahogado. El 5 de marzo de 1973 Rafael Cebrián García falleció tras ser herido de bala.
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El 22 de agosto de 1979, murió Salvador Velázquez Segura, al caer del vehículo de bomberos. El 28 de agosto de 1984 falleció Filiberto Timoteo Ruiz en el rescate de un joven ahogado al cruzar la barranca de Oblatos.
En tanto que el 22 de abril de 1992, perdieron la vida Ricardo González Jaramillo, Rubén Mercado Gómez, Raybel Medina Vite, en las explosiones de la calle de Gante.
El 9 de febrero de 1999 murió en un incendio en una fábrica de guantes Javier Gómez Solis al combatir un incendio en un segundo nivel, se registró la caída del techo donde él se encontraba laborando, no siendo posible el rescate del elemento por no contar con equipo adecuado (equipo de respiración personal) en ese momento.
El oficial oficial, Tomás Nava Cortés, conoció en la Base 2 de Bomberos de Guadalajara a Gómez Solís, al que recuerda como una persona alegre.
“Era un muchacho (de entre 20 y 22 años) muy tranquilo y alegre. Hacíamos competencias de voleibol o fútbol entre turnos. A Javier le gustaba mucho tocar la guitarra, y lo que nos gustaba era que contaba unos chistes muy buenos. Salíamos con dolor de panza de tanto que nos reíamos”.
Recordó que lo vio por última vez, horas antes del servicio en el que murió. Nava salía de turno y Javier Gómez iba entrando.
“Me aventó su chiste. Y yo le di su saludo normal de mano y le di un abrazo fuerte. Nos despedimos ‘Dios que te bendiga’ y así. Ya después supe la noticia y fue muy triste”, compartió.
Años más tarde, el 18 de junio de 2014 en la colonia La Duraznera, murieron los bomberos de Tlaquepaque, Agustín Mejía Rojas, de 36 años, y Luis Armando Rocha Rodríguez, de 23, quienes intentaron auxiliar a cuatro civiles que murieron en un aljibe.
Jaime Omar Calderón Reynoso, oficial de Protección Civil y Bomberos de Tlaquepaque, recuerda que con cariño a sus compañeros, sin embargo con Luis Armando tenía amistad desde los 15 años.
“Era una persona muy amable, muy comprometido con su labor. Agustín, era muy alegre, responsable. Cuando salíamos, platicábamos. Fue un momento muy marcado para la institución y para uno como amigo, cuando llega la fecha de aniversario, veo fotos de él (Luis Armando) porque incluso convivía con mi familia y yo con la de él”, comentó Jaime Omar.
Asegura que ambos ese día estaban muy diferentes, tristes, cuando ellos siempre estaban alegres, contentos.
Mientras que el 29 de enero de 2016 murió ahogado el bombero de Tonalá, Martín Merloz, mientras combatía un incendio forestal en San Miguel de la Punta, y cayó a una noria.