Mucho se ha escuchado hablar de la avena como fuente de proteína e hidratos de carbono para la salud; sin embargo, no son los únicos bienes que este cereal aporta al cuerpo, sino que es un alimento mucho más completo de lo que se pueda creer.
Este poderoso género perteneciente a la familia de las poáceas, es un complemento bastante completo, pues además de los nutrientes antes mencionados, aporta hidratos de carbono, los cuales actúan de manera lenta en el cuerpo humano. Fibra, además de proteínas y minerales tales como: magnesio, cobre y zinc. Otras de las vitaminas que están presentes son las del Grupo B y pequeñas cantidades de calcio y ácido fólico y para completar, no contiene calorías en demasía.
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Debido a esto, este cereal se ha vuelto muy popular en el mundo de la cocina saludable, con preparaciones como el porridge, la harina de avena, la cual se usa para la preparación de masa de tortitas, bizcochos, magdalenas y galletas.
Las avenantramidas contienen sustancias químicas caracterizadas por la presencia de más de un grupo de fenol por moléculas, llamada polifenoles que combaten la oxidación celular. Aunado a esto, regulan la presión arterial y poseen un efecto antiinflamatorio.
Al ser rica en hidratos de carbono, es una buena ayuda para la pérdida de peso, pues permite que te sientas más saciado y por ende, se tenga más tiempo sin tener apetito, ni “picotear” alimentos prohibidos.
El uso de este puede ser usada en el desayuno en forma porridge, fría, reposada en el congelador una noche antes y ayuda bastante en la aportación de energía, , para aguantar la jornada laboral matutina fuera de casa, aunado a que es un aliado ideal para deportistas de alto rendimiento y ambientes fitness. En granola, acompañada con fruta de tu elección y un poco de frutos secos. Debido a su gran cantidad de fibra soluble, específicamente los betaglucanos que, durante la digestión forman una especie de gel que provoca que el vaciado del estómago sea más lento, así como el paso del azúcar a la sangre. Esto es de suma importancia para quienes padecen de diabetes tipo 2.
Los betaglucanos entran de nueva cuenta en escena para reducir los niveles de triglicéridos y el colesterol malo (LDL), que puedan contener otros alimentos. Su contenido en ácido omega 3y linoelicos (grasa de buena calidad), hacen que el colesterol bueno se active.
Este cereal lleva consigo un tipo de polifenoles que son llamados avenantramidas, que son casi exclusivos del alimento en cuestión, que son de gran complemento para evitar la oxidación del colesterol y se acompaña de elementos que contengan vitamina C.
Los betaglucanos son fermentables, por lo que actúan como prebióticos en el intestino, mejorando la salud de la microbiota. (La avena) es buena para la digestión por su contenido en fibra que ayuda a combatir el estreñimiento, mejorando el tránsito intestinal y la digestión de los alimentos. Las proteínas de la avena tienen yodo, que es un mineral que hace funcionar a la tiroides como debe de ser y su consumo, puede ayudar a la prevención del hipotiroidismo y además, posee propiedades mucolíticas y expectorantes, siendo una ayuda sumamente valiosa en casos de bronquitis.
En el caso de los niños, la avena les ayuda a reducir el riesgo de asma persistente, siempre y cuando se les provea a edad temprana. Al contener vitaminas del Grupo B, actúan como equilibradores del sistema nervioso, lo que se traduce en tener mucha calma. Finalmente, las proteínas de gran valor biológico que contienen son ocho de los nueve aminoácidos esenciales que el organismo necesita, formando nutrientes básicos de los tejidos y músculos.
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