En la Catedral Metropolitana de Guadalajara se llevó a cabo la celebración del lavado de pies, previamente el Arzobispo y Cardenal Francisco Robles Ortega señaló que este acto es la representación del amor y del servicio que Dios dejó a la humanidad.
“Es mandato, es compromiso para todos los discípulos de Cristo vivir siempre en el amor, en el servicio a los demás especialmente a quienes sufren y a los que más necesitan”.
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En uno de los escenarios más importantes para la Semana Santa, el Cardenal Francisco Robles Ortega lavó, secó y besó los pies a doce seminaristas menores como parte de la representación de la última cena.
En la lectura del evangelio, indicó que forma parte de la celebración de la Pascua, sintetizada sobre la recreación que hizo Jesús al dejar el mandato que el lavado de pies es un acto de servir a la humanidad.
“Para decirles al final que esto que yo he hecho lo tienen que hacer ustedes por lo demás”.
A este ritual, tradición de la comunidad católica se dieron cita cientos de personas, quienes siguieron cada episodio realizado por el Cardenal en el lavatorio de pies a doce seminarista.
“Cuando Jesucristo Nuestro Señor entregue su vida, derrame su sangre prestándonos el más grande servicio a nuestra pobre humanidad, él padeciendo y muriendo en la cruz nos alcanzó la purificación de nuestros pecados y la reconciliación con nuestro padre Dios”.
El obispo de Guadalajara preside la misa de la Santa Cena este Jueves Santo, mencionó que cada celebración de la eucaristía es la celebración del misterio de la pascua.
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“Hoy celebramos, agradecemos el misterio que encierra, que envuelve para nosotros la pasión salvadora, la muerte redentora y la resurrección renovadora en el Sacramento de la eucaristía, hoy lo celebramos y lo agradecemos”, subrayó.
