Necesaria una reforma electoral y sobre todo una reingeniería del Instituto Nacional Electoral (INE), sí, pero no bajo las condiciones que se está planteando con la desaparición del organismo electoral que ha llevado a cabo la organización de los últimos procesos electorales -con todo y la alternancia política- y el centralismo de esta función en una autoridad cercana al poder. Queda a deber en paridad de género y no atiende la violencia política.
La propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador en materia electoral provocó que además de las voces en contra que se han pronunciado en contra, también lo hicieron este domingo pasado donde se realizó una mega marcha a nivel nacional a la que se sumó Jalisco y en la que participaron numerosas organizaciones de la sociedad civil.
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La democracia es cara, pero ¿cuánto? Concluyen definitivamente que el “ahorrar “en este rubro podría resultar más caro, pero también es importante mandar la señal de que no se puede manejar un presupuesto con dispendio.
En su momento la Universidad de Guadalajara convocó a todas las corrientes y a todas voces para hablar sobre este tema, con una pregunta incluso más profunda que la propia propuesta de la desaparición del INE, realmente ¿Nos beneficia o perjudica una nueva reforma electoral?. La reforma que se discute en este momento en comisiones del Congreso de la Unión es descrita por esos mismos especialistas como un intento de cambio al régimen, es decir, al conjunto de normas relacionadas con el acceso y el ejercicio del poder, apuntaron.
Misma que entre otros aspectos propone: Desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), es decir, las instituciones que se encargan de vigilar y organizar los procesos electorales de cada entidad; y de paso la reducción del número de legisladores federales y locales, plantearon los expertos.
¿Abrirán la puerta a dinero privado?
El académico del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH, doctor Andrea Bussoletti, por ejemplo comenta que de llegarse aprobar esta reforma que incluye la reducción de dinero público a los partidos políticos esto abriría la posibilidad de opciones como el sistema de financiamiento privado: “Si alguien aporta más que otra persona al partido, su voz tendría que contar más en las decisiones que la organización toma en las instituciones, en comparación con quien dio menos”.
Además, comentó, esto podría generar un mayor interés por una militancia activa que no sea sólo para llenar registros y entregarlos a la autoridad electoral.
En los puntos en contra advierte que si bien se contempla como elemento principal la austeridad, es omisa en transparencia o revisión de cuentas. Los ciudadanos no conocerán realmente en qué gastan los recursos los partidos políticos.
El mecanismo para la generación del monto de financiamiento público a los partidos es otro de los temas controversiales y al respecto Bussoletti explica que los partidos políticos reciben financiamiento público computando todavía a aquellos ciudadanos que no votan por estar inconformes, enojados o no sentirse satisfechos con su sistema de partido. Ese aspecto no lo modifica la propuesta de reforma, se queda igual.
Sobrevive la violencia política
La Coordinadora general del Centro de Investigación y Proyectos para la Igualdad de Género, doctora Sandra Martínez, advierte de la limitada propuesta de reforma en paridad de género y destaca que si bien se tendrá que regir con el principio de paridad, es decir, que las listas sean compuestas por 50 por ciento de mujeres e igual porcentaje de hombres, por otro lado queda a deber en el tema “de la violencia política contra las mujeres en razón de género, una violencia que se tipifica en 2020 y que es uno de los principales obstáculos para que las mujeres lleguen a los cargos y puedan ejercerlos de manera libre y real”, sostuvo. Insistió al respecto: “La violencia que sufren las mujeres basada en estereotipos y prejuicios de género está presente en prácticamente todas las mujeres que han incursionado en la vida política y otros espacios –abundó Martínez–.
Hay una marcada diferencia de elementos de género. A las mujeres se les critica por el aspecto físico, relaciones familiares; por la forma en que hablan o por la ropa que se compran, y son elementos de género que van creando desigualdades y que no ponen con el mismo piso la competencia electoral y la crítica que se espera en un sistema democrático, la cual no debe de estar basada en esos prejuicios y estereotipos”, señaló la doctora.
La académica del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH, doctora Mónica Montaño Reyes, destacó que gracias a los institutos electorales se ha dado presupuesto a los estudios sobre política, y sobre todo a la local: “Hay concursos de ensayo y para publicar experiencias democráticas que fomentan o financian los institutos electorales. En ese sentido hacen una tarea de formación cívica, y ese presupuesto desaparecería, en caso de que fuera eliminado”. Recordó que entre las funciones de los institutos electorales locales en la mayoría de los estados está el fomentar, además, la asistencia a las consultas y los instrumentos de participación ciudadana. Los OPLE estatales desaparecerían y toda la organización que haría el INE –que pasaría a ser el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas– tendría presupuesto durante campañas, ya que se está planteando que sólo se le dé dinero cuando estemos en procesos electorales.
Esta medida sería perjudicial. “La participación política y la conciencia cívica están muy débiles, aunque ha habido avances, pero ¿qué pasaría si ya no existieran todas las actividades de capacitación, difusión y discusión de lo político, sobre todo a un nivel local? Porque, sobre todo, los institutos electorales son también fuente de nuevas ideas”.