En la gramática las palabras homófonas, son aquellas que se escuchan igual pero tienen distinto significado. Las que titulan el presente artículo no son homófonas, pero si se escuchan a lo lejos y no se tiene buen oído suelen confundirse.
Esa confusión surgida de una mala dicción y un peor oído, se presenta con el anuncio que ha realizado la administración pública federal en el sentido de tomar providencias tendientes a permitir el cabotaje de las líneas aéreas extranjeras y que puedan levantar pasaje nacional a destinos nacionales.
De llevarse a cabo se estará saboteando a la aeronáutica nacional con una competencia completamente desleal, porque las aerolíneas extranjeras percibirán ingresos que deberían pertenecer a las nacionales, que se encuentran impedidas en el extranjero de hacer lo mismo, y al otorgar esa permisividad, lo que se está haciendo es traicionar los principios de la soberanía del espacio aéreo mexicano.
Pero podría tratarse de una acción de coyotaje, aprovechándose de la necesidad de generación de ingresos que pareciere ser la única cosa que tiene en la mente el Gobierno Federal para financiar sus programas sociales, claro, además de la captación de votos, y hacer negocios con los extranjeros bajo una falsa bandera de nacionalismo y protección soberana.
La intención manifiesta de López Obrador de permitir el Cabotaje a aerolíneas extranjeras, contradice absolutamente su discurso reiterado de protección a la soberanía nacional, que tanta alharaca hizo con motivo de la cervecera en Baja California y los proyectos de energías limpias del grupo Iberdrola.
No puede negarse que la penetración de una empresa extranjera al mercado nacional, podría significar el elevamiento de los estándares de calidad de las nuestras para sostener una competencia que beneficie finalmente a los usuarios del transporte aéreo, pero esa ventaja es marginal porque la falta de transparencia que caracteriza a esta administración Morenista y sus constantes mentiras, hacen suponer por simple lógica, que detrás de un pretendidamente benéfico cabotaje, se esconden actos de coyotaje con ventajas económicas para los que andan de intermediarios y finalmente será un acto de sabotaje a las aerolíneas mexicanas.
De lejos y de cerca, como las palabras homófonas, me suena igual la insana intención de abrir el mercado nacional de autotransporte aéreo al cabotaje, máxime que ni siquiera hemos vuelto a recuperar la categoría 1 en materia de seguridad aeroportuaria y de aeronavegación a nivel internacional, y mas bien pareciese ser un esfuerzo más para que a través del cabotaje se le diera funcionalidad al aeropuerto Felipe Angeles, permitiendo su uso como trampolín de despegues y aterrizajes a nivel nacional, con destinos nacionales, pero con operaciones de vuelos por aerolíneas internacionales.
Faltaría saber si las aerolíneas extranjeras aceptaran comerse esa suerte de manzana podrida, porque de que algo esconde el cabotaje es innegable. Si tantas ganas hay de mejorar este aspecto en las comunicaciones por la administración federal, que mantenga en operaciones a Aeromar, a Interjet y reviva a Mexicana, y no solo eso, que estimule a Volaris, a Aeroméxico y Viva Aerobús, concediéndoles privilegios en los slots, abriendo más destinos, fortaleciendo la seguridad aérea e incluso si tantas ganas tienen de la participación militar en este tema, podrían crear una aerolínea de la fuerza aérea mexicana destinada exclusivamente a la carga, y acondicionar el Avión Morelos 01 como un super Air Cargo y obtendrían mayor provecho, sin perder de vista la recuperación de la categoría 1.
Aquí lo importante es saber si lo que se privilegia es en verdad el interés nacional, o se trata de otro acto de corrupción que está más que claro que no quedó en el pasado porque está presente y más intensa que nunca.