A sus 94 años de vida y a 70 años de participar en la guerra de Corea en 1950, Roberto Sierra junto con otros cuatro sobrevivientes de aquel grupo que tuvo acción bélica bajo la insignia de las Naciones Unidas, fueron reconocidos y homenajeados por el gobierno coreano y habilitó una casa para el retiro de los veteranos de guerra.
Firme en su postura y apoyado de un bastón, su traje gris hacía juego con el color plateado de escaso cabello pero sus duras facciones de militar no cambiaban, hasta el momento en el que el embajador de Corea en México, Suh Jeong In, recordó las acciones en las que intervinieron hace más de 70 años, de sus ojos comenzaron a salir gotas de lágrimas debido a la emoción y a los momentos que vivió.
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Así junto a amigos, militares de México y militares de la República de Corea, su esposa, su hija, amigos y enfundado con su gorra de veterano, en medio del calor humano, el homenaje contempló la inauguración de la casa de retiro para que los veteranos.
Ahí con un ramo de flores que les obsequiaron las autoridades coreanas como muestra de reconocimiento y afecto a quienes tuvieron acción en ese conflicto bélico y debido a que en su juventud estaba enrolados en las fuerzas armadas de Estados Unidos al vivir en el país vecino del norte y que bajo la bandera de la ONU fueron a ese país asiático.
Don Roberto lamentó que no todos sus compañeros llegaron a ver este homenaje a través del cual se les garantizaba vivir la última etapa de su vida de una manera tranquila y con todos los servicios. Además de que también fueron sobrevivientes del Covid ya que en la visita que hicieron al Corea para ver el museo que se inauguró en honor a todos los combatientes se contagiaron.
El momento con el mayor grado de emotividad fue cuando recordaron su visita a ese país y en el muro de los soldados caídos vio el nombre de un amigo, ahí las lágrimas fueron incontenibles y todos se sumaron a sus sentimientos, quienes con respeto guardaron silencio por unos instantes y después comenzaron a aplaudir en honor de ellos.
La casa ubicada en la zona de la calle A las Cumbres en Zapopan cuenta con todo lo necesario para poder vivir en ella de una manera digna, señaló el veterano militar quien con orgullo portaba sus insignias en su pulcro traje gris que combinaba con sus bastón con el cual se apoya para mantener la postura erguida en todo momento, tal como si estuviera realizando una guardia de honor.