Propaganda inútil – El Occidental

La propaganda es un método de comunicación cuyo objetivo es dar a conocer información con la intención de influir en la ciudadanía para que actúe de una manera determinada, acepte o rechace determinada idea o personajes. Como características, suele ser subjetiva, segmentar parcialmente a la población total, utilizar recursos que llamen la atención y resulten atractivos para el público masivo y todo aquello que pueda apelar a las emociones de la masa para conseguir los objetivos propuestos por el emisor, vinculando al ciudadano con un determinado partido, postura, ideología o sistema.

Los mexicanos estábamos acostumbrados a ser sometidos a intensivas campañas propagandísticas, principalmente en tiempos electorales. Los partidos políticos y los gobiernos ejercían -ejercen- un exagerado gasto en medios de comunicación impresa, electrónica, de gran formato y características especiales como la hoy llamada BTL con el fin de llamar la atención y conquistar al mercado electoral. Fue a inicios del siglo XXI cuando el auge de la mercadotecnia política doblego a las propuestas, las ideologías y las plataformas de acción para que la propaganda ocupará la posición de privilegio para hacer campañas políticas y para encumbrar momentos cumbres de los gobiernos en turno.

La mayoría de los mexicanos nos lamentamos del alto costo que partidos y gobiernos pagaban para que proliferaran sus fotos, lemas y consignas, aunado a la contaminación que producía. Por la presión social, se logró que los tiempos para hacer campañas se redujeran significativamente y legislando el uso de los tiempos en medios masivos de comunicación, sometiendo a los partidos a rigurosos procesos de verificación y fiscalización para evitar excesos y violaciones a topes de campaña leyes y normatividad en la materia. Íbamos bien, hasta que, en el actual sexenio AMLO y su gobierno devolvieron el juego democrático a una etapa anterior que creímos ya superada, para mal de la sociedad.

Es evidente que la campaña presidencial de 2018 nunca terminó. Aún fuera de calendario electoral, el gobierno de México ha sido infestado de propaganda inútil, que promueve a un sólo hombre, que ataca, desprestigia y ensombrece a los opositores de López Obrador, que juega con trampa, de manera ruin, perversa, ilegal y antidemocrática, gastando dinero público para pagar promoción personal y de grupo, a costa del erario, obteniendo ventajas sin escrúpulos, para intereses políticos de una camarilla de cortesanos sin ética, moral ni dignidad. Han gastado mucho en defender su estafa y engaño, ocultando que la administración pública federal no está funcionando, que no hay resultados ni logros de este gobierno que dilapida recursos en ocurrencias necias y cumpliendo caprichos resentidos del autoritario y egocéntrico palaciego. Nos dijeron que los malos eran los anteriores y estos gastan más, dilapidan más, hacen menos y engañan sin límite al pueblo de México.

Han creado y sostenido mitos, sin cimientos, sin verdad. Los resultados de tan vil comportamiento han producido resultados de relumbrón. La popularidad sin fundamento, la legitimidad de un gobierno que atenta a diario contra la legalidad y el estado de derecho y la ficción de transformación. Avance y mejoría, no pueden durar. La propaganda es incapaz de evitar que el pueblo de México descubra la verdad, abra los ojos y detecte las mentiras, que por mejor contadas y repetidas a diario, serán descubiertas y reveladas. Mientras más pronto, mejor, pues la propaganda ha sido inútil… y hemos perdido 4 años que pudimos usar para mejorar a nuestra sociedad en lugar de ser espectadores de la falsedad gubernamental.

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