La UNAM edita un libro sobre sus murales – El Occidental

Más de 150 obras artísticas sobre las paredes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) son testigos del movimiento muralista mexicano desde sus inicios hasta nuestros días y un libro de reciente publicación a cargo de la Dirección General de Comunicación Social y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, da cuenta de su importancia.

El volumen UNAM: 100 años de muralismo, reúne el trabajo de 27 especialistas de diversas áreas que han estudiado las propiedades de las obras más representativas de la UNAM, y algunas que habían permanecido casi en el olvido, a partir del análisis de sus materiales, así como su valor político y social.

“La esencia de la vida universitaria es la controversia intelectual; aquí nos dedicamos a la enseñanza, pero no desde una visión ajena a la crítica o la discusión, sino desde el diálogo y confrontación de puntos de vista. En ese sentido, la pintura mural ha sidoel punto de referencia para que los distintos factores de la vida universitaria puedan tener un motivo y coherencia; al tiempo que son un recordatorio de los fines de la universidad pública y de cómo estos han cambiado con el tiempo, siendo a su vez objeto de debate”, explica a El Sol de México, el investigador Renato González Mello, coordinador académico de esta nueva publicación.

NUEVAS VISIONES Y ACTUALIZACIÓN DOCUMENTAL

Los artículos formaron parte de una serie semanal en la Gaceta UNAM, para conmemorar los 100 años de este movimiento, celebrado en 2022.

“Quisimos que este libro recogiera la gran pluralidad de murales de la universidad, pero también la diversidad de puntos de vista que hay sobre ellos. Por eso es que hay tres tipos de autores, los académicos cuya carrera ya es bastante reconocida, investigadores que cuentan trabajos muy destacables, así como jóvenes colaboradores que están cursando un posgrado o son recién egresados”, precisa Renato González.

La publicación ofrece textos teóricos necesarios para entender el muralismo mexicano desde su evolución y su diálogo con la política, a partir de los años postrevolucionarios, como los de Rita Eder y Renato González Mello; entrevistas con la muralista Patricia Quijano y la historiadora del arte Dina Comisarenco, quienes reflexionan sobre la prácticamente nula presencia en la historia del arte nacional de mujeres muralistas, ante la censura y el prejuicio machista que envolvió al movimiento postrevolucionario.

El libro, ilustrado con fotografías y bocetos, refiere a la década de 1920, en los inicios del muralismo y la consolidación de su cuna en la Escuela Nacional Preparatoria, hoy Antiguo Colegio de San Idelfonso, donde aparecen nombres como Roberto Montenegro, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jean Charlot, entre otros; así como a la construcción de Ciudad Universitaria, en la que artistas como Juan O’Gorman, Siqueiros y Diego Rivera, crearon obras icónicas en sitios como la Biblioteca Central, Rectoría y el Estadio Universitario.

En el capítulo La continuidad y la ruptura, se analiza la obra de artistas como Mathias Goeritz, Carlos Mérida y José Chávez Morado; en Nuevos lenguajes visuales se exponen las propuestas de José Hernández Delgadillo, Vicente Rojo y Francisco Toledo, quien realizó una pieza en el edificio de Posgrado de Economía.

Sobre la revisión total de las obras hechas en el patrimonio universitario, González Mello destaca que han encontrado un mural abstracto en la Facultad de Veterinaria y que hay varios murales de importancia histórica que merecen más investigación, como los hechos por el colectivo Tepito Arte Acá en la década de los 60 y que se encuentran en la Facultad de Arquitectura; así como proyectos inconclusos o que no fueron ejecutados, entre ellos un mural proyectado por Diego Rivera en la Facultad de Química.

PROXIMOS RETOS Y NECESIDADES

La última parte de la publicación está dedicada a pensar los difíciles procesos de conservación de tan vasto e importante patrimonio, cuyas conclusiones apuntan a nuevas investigaciones, uso de tecnologías más avanzadas y reformas a las leyes que aseguren su preservación. Sobre este tema González Mello comenta que se han conservado de forma razonable.

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“Se ha hecho un enorme esfuerzo para su conservación. Gran parte de estas obras tienen una protección legal bastante amplia, por la ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, ya que tienen declaratoria de monumento artístico, ya sea por su autoría o por estar dentro de la zona declara como patrimonio mundial por la UNESCO.

“Sin embargo, hay que llamar la atención sobre que se requiere una actualización de las leyes que son del siglo XX, que no consideraban que el patrimonio de ese siglo llegara a tener un valor histórico tan importante. Estos son temas que requieren pasar a la conversación pública, no como temas polarizantes, sino necesarios, porque no admiten una solución obvia, son tareas extraordinariamente complicadas y costosas”, concluye el investigador.

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